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La fiebre del Son Cubano

La fiebre del son se inició en el exterior desde 1920 con la creación y difusión de los sextetos y septetos de sones en La Habana y en todo el país. Después llegaría la fiebre de los conjuntos soneros en la década de 1940 con Arsenio Rodríguez, La Sonora Matancera, El casino, Los Jóvenes del Cayo. Ahora recibimos la noticia de dos septetos de sones que son nominados al Grammy Latino 2013: El Septeto Nacional Ignacio Piñeiro y el Septeto Oriental.

En la década de 1960 apareció el fenómeno de la llamada salsa newyorkina o latina, la orquesta Fania All Stars (1964), en la que mucho que ver tuvo Arsenio Rodríguez que vivía en Nueva York desde 1950.
En los últimos años hay en toda América como una pasión por descifrar el concepto y misterio de Arsenio Rodríguez, su conjunto y su música.

El compositor y tresero cubano dejó una estela mítica dentro de la música cubana, se ha convertido en una verdadera leyenda musical internacional, ya se han publicado en el exterior tres libros dedicados a su vida y su obra. Dos de ellos le pertenecen al amigo de Cali Colombia Pablo Emilio Delvalle Arroyo: "Arsenio Rodríguez, Padre de la Salsa" y "Del son a la salsa". Otro libro fue redactado por a David F. García, A Black Cuban Musician in the dance Music milieus of Habana, New York City, and Los Ángeles 2004.

Es asombrosa la admiración que existe por este genio de la música cubana que llevó una azarosa vida, un poco trágica. y ahora me escribe desde Colombia un amigo que me informa que escribió un enorme libro sobre Arsenio.

En La Habana, el viejo conjunto de Arsenio Rodríguez volvió a reestructurarse en 1995, está celebrando su aniversario 15 con nuevos músicos que siguen la tradición sonera del coloso Arsenio. Ahora tocan en el Club Amanecer todos los viernes donde asisten algunos bailadores que en los finales de la década 1940 bailaban con Arsenio en el Club Social Buena Vista. También ahora tienen un proyecto llamado “La Academia del Son”, el Centro Cultural La Palma de la Víbora en La Habana.

Arsenio, en 1947 viajó a Nueva York con el objetivo de operarse para recuperar su vista, algo que no fue posible. Finalmente sobre 1950 se fue a residir a Nueva York por asuntos familiares, tuvo que enfrentar el frío y la soledad de la selva de asfalto. En su etapa final, en Los Ángeles, donde residía, intentó el regreso a Cuba, pero la muerte lo sorprendió El 30 de diciembre de 1970.

Qué aporta Arsenio con su conjunto?
LA CLAVE: Arsenio es una soberana escuela de son, una música que se aprendía en la calle, en los ensayos, en los toques de bailes. Quien domina la clave, domina la percusión y una de las esencias vitales de la música cubana.

“El fundamento de la música de Arsenio es la clave –explica uno de los pianistas de Arsenio: Rubén González-. Es la exacta y precisa manera de llevar el ritmo que aprovechan los bailadores para marcar el paso, como si fuera un tren, un martilleo perenne. Arsenio nos adiestraba en esa mecánica obligada, entrar a tiempo, para aplicar los “solos”. Eso es un adiestramiento que se va alcanzando, un oficio difícil”.

¿Qué si aprendí con Arsenio? Oiga, si no hubiese tocado con él seguro no conociera tanto el son. Tuve que aprenderlo a su lado, porque era un auténtico sonero”. (Entrevista de Mayra A. Martínez)
Arsenio cristalizó el son, fue la culminación de un formato que exigían los tiempos; pero es un genio como Arsenio quien pudo sintetizar toda una época.

El conjunto de Arsenio, en su tiempo, era como un tren, con ese motor sonoro apabullante; en la era de las charangas danzoneras. Se decía que Arsenio dejaba la pista caliente y, pocas agrupaciones podían enfrentársele en una jira (bailable) en La Tropical, Club Social Buena Vista o cualquier otra sociedad de negros.

En el centenario de Arsenio en el 2001, el musicólogo Olavo Alén expuso en una de sus conferencias que Arsenio fusionó muchas cosas. “Aprovechó la elegancia del piano danzonero. Utilizó las trompetas, muchas veces como diana y en bloques armónicos al estilo de las bandas de jazz. Las voces cantaban con el estilo de guaguancó con acompañamiento sonero.

Lázaro Núñez adiciona que “Arsenio saltó la cadena evolutiva del son, fue el creador o el que culminó el llamado “conjunto orquestal”. Llevó el son negro genuino a la popularidad masiva. Logró asimilar el jazz y hasta el rock. El conjunto de la Fania se inspiró en el conjunto sonero de Arsenio, la muestra la tenían bien cerca. En el sonido global de la salsa, está Arsenio, quien echó a andar el tren del son. Nosotros todos debemos llevar leña y carbón a ese tren”.

El Dr. Ricardo Oropesa demuestra que Arsenio “desarrolló un pensamiento musical, una sinergia de ritmos, conocía la familia de tambores de origen africano (batá, bembé, yoruba, bantú). Se codeaba con legendarios rumberos en Güines, lo invitaban Malanga, Mulense, Andrea Baró, Silvestre Méndez, Chico Peraza y Chano Pozo. Logró una sorprendente evolución musical. Creó una fórmula de donde bebieron muchos músicos de toda América”.

Cristóbal Díaz Ayala nos recuerda que Arsenio empleaba en su conjunto un coro con dos voces principales (dos primos) y una voz segunda. Las letras de sus canciones fueron muy atrevidas, Chucho Valdés asegura que es un excelente letrista, “baste escuchar su canción Cárdenas”. Hay muchas composiciones callejeras, de doble sentido, temas sociales, amorosos, aunque nunca complació al público burgués, ese no era su mundo y no tenía por qué aceptarlo. (“La música popular no engaña, es la celebración de la vida”, dijo una vez el musicólogo Yehudi Menuhin).

Herederos de la escuela de Arsenio
Se sabe que la salsa latina parte de muchos fundamentos de Arsenio, menciono algunos nombres: Larry Harlow, La Sonora Ponceña, Ray Barreto, Roberto Roena, Héctor Rivera, Johnny Pacheco, los hermanos Palmieri, Louie Ramírez. En Venezuela: Sonero Clásico del Caribe, Salsa Mayor, Leo Pacheco, Gerardo Rosales. Los Cantantes y músicos que tocaron con Arsenio son incontables, 44 voces y músicos: Ray Barreto, Johnny Pacheco, Alfredito Valdés (jr.), Enrique Jackson, Luis Kortwrite, Paquito Pastor, Julián Llanos. De Cuba: Los pianistas: Lino Frías, René Hernández, Rubén González, Lilí Martínez, Alfredo Armenteros (Chocolate), Chapottín, las voces de René Scull, Miguelito Cuní, Marcelino Guerra, Pedro Luis Sarracent, René Álvarez, y el trabajo de Adalberto Álvarez.

Arsenio falleció en Los Ángeles el miércoles 30 de diciembre de 1970, primero fue sepultado en el cementerio Roseadle Cementery de L.A. Después su esposa Adelina, el 3 de enero de 1971 (hace 40 años) traslada los restos del músico y lo lleva a Nueva York, lo velan en el Manhattan North Chapels de la 107 y Avenida Amsterdam. Finalmente se entierra en el Ferncliff Cementery en Hartsdale Westchester Country, New York, el 6 de enero de 1971.

Existen algunos mitos sobre la tumba de Arsenio: está enterrado donde mismo descansan figuras como el líder afroamericano Malcom X, el jazzista Thelonius Monk y el actor Paul Robertson.