Arsenio Rodriguez en Nueva York (Centenario del ciego maravilloso)

La historia de Arsenio en la selva de Nueva York es digna de contarse, una saga increíble del Ciego Maravilloso.

Todo comienza con Miguelito Valdés quien había grabado en Cuba, en 1937, con la orquesta Casino de la Playa, la canción afro de Arsenio Rodríguez Bruca manigua, En 1947 el cantante cubano Miguelito triunfa en Nueva York, allá se entera que existía un reconocido doctor español llamado Ramón Castroviejo que realizaba trasplantes de cortea. Entonces se lo comunica a Arsenio y por ese motivo viaja a Nueva York el 20 de junio de 1947 acompañado de su hermano Raúl.

El viaje se realizó con una escala en Tampa, donde afrontaron muchos inconvenientes. Al fin llegan a la Babel de hierro el 28 de junio. El Club Cubano-Interamericano organizó una cena para homenajear a Arsenio, junto con Miguelito Valdés y Olga Guillot. Para el 12 de julio, Miguelito Valdés, Marcelino Guerra, Mario Bauzá, Frank Grillo “Machito” y otros prepararon un baile benéfico en el Diplomatic Hotel en Times Square de Manhattan. Cantaron y tocaron muchos invitados en honor a Arsenio. Se cuentan verdaderas estrellas: Chano Pozo, Daniel Santos, Olga Guillot, Miguelito Valdés, trió de Johnny Rodríguez, Machito, Marcelini guerra, Xavier Cugat, Noro Morales, etc. Se recaudo unos cinco mil dólares que se sumaron al dinero del homenaje en La Polar y La Tropical en La Habana. También se hicieron varias grabaciones en julio de 1947.

Arsenio fue evaluado por el Dr. Castroviejo quien dictaminó que el caso del músico no tenía solución. Ese día compuso el triste y filosófico bolero “La vida es un sueño”.

Regresa el 30 de agosto de 1947 (cumpleaños 36), se trasladó al legendario Los Jardines de La Tropical, donde lo esperaba una muchedumbre.

Arsenio se muda al Bronx
En marzo de 1952 Arsenio decide residir en Nueva York, debido a varios motivos, cede su conjunto a Félix Chapottín. El tresero maravilloso viaja acompañado de sus hermanos Israel Moisés y Raúl Manuel, junto a su primo el cantante René Scull y el bajista Lázaro Prieto. Fue a vivir al sur del barrio Bronx.

El 5 de octubre de 1956 en la capital el trompetista Enrique Pérez le conforma un conjunto (“ven tú”), graban con violines de la Orquesta de Arcaño. Después regresa a Nueva York a finales de 1956 para no volver.

Ya en Nueva York Arsenio le dedica una composición al barrio del Bronx La gente del Bronx, “El elemento del Bronx, / igual baila el mambo que danzón/ le gusta la rumba caliente/ y el guaguancó. Y como ya me enteré/ ahora les voy a cantar/ yo les voy a dedicar/ este bonito rumbón. /”

También le dedicó otro tema a la Babel de hierro: “Oiga bonkó como se goza en el barrio/ a la, la, la, la,/ En Lenox y el 116/ igual que en la 110/ oigan decir adiós mi pana/ ¿qué pasa brother?/ ¿Qué pasa man?/ toma un trago./ Oiga, bonkó, como se goza en el barrio”/.

Para conocer con exactitud los avatares de Arsenio y su tropa en la selva de Nueva York, conversé en La Habana, 1996 con Raúl, el hermano de Arsenio.

“Cuando fuimos a residir a Nueva York fue todo un acontecimiento musical, a las presentaciones de Arsenio acudían más músicos que bailadores. Los músicos iban a aprender de mi hermano, a tomarle los trucos de la música sonera, tomar la materia prima de lo cubano. Es por eso que en la década de 1960 se apoyan en ese concepto, esa estructura para hacer la llamada salsa de Nueva York. Le llamaban mucho la atención la tumbadora, no conocían el tres cubano. Nunca tuvimos miedo de aquella selva. Socialmente nos tenían mucho respeto, sabían que nosotros teníamos cementerio particular en La Habana. Nunca aprendimos inglés, no teníamos tiempo para eso. Una vez nos perdimos en la 116 y Madison, pero Arsenio tenía un olfato increíble; conocía los pasos de cada calle y los pasillos. Nos guiaba: “Sigan adelante, doblen ahora, y suban la segunda escalera”. Los ciegos tienen ese don”

Raúl me contó que en Nueva York impusieron el ritmo quindeambo jazz y el Capetillo (son montuno al estilo del oriente cubano), llegamos a presentarnos en el Carnegie Hall, el Savoy, el Palladium, Tropicana Club y El Palermo. Tocamos con Panchito Riset, Desi Arnaz, Pérez Prado. Pérez Prado le dijo a Arsenio: “Tu inventaste el mambo, pero yo fui el que saco el producto que me dio una fortuna”. A este respeto Arsenio siempre decía: “Uno siembra la matica y otros se comen la fruta”.

En Nueva York Arsenio se negó a pactar con la mafia musical, no acepto agente disquero porque no quería que lo mandaran. Quiso ser libre como en Cuba, no se enriqueció, pero hizo lo que sintió en la creación musical. Mario Bauzá le dijo: “Arsenio, tu eres Arsenio donde quiera que llegas”.

Arsenio tuvo sus altas y sus bajas, en determinados momentos fue diezmado por el gélido frío de Nueva York, la soledad de esa inmensa ciudad de asfalto y acero. Había un convulsionado mercado musical, las agrupaciones musicales ganaban muy poco. A veces tocaban en clubs y fiestas privadas.

Arsenio padecía de diabetes y falleció a consecuencia de un ataque al corazón producido por la diabetes. Fallecíó en Los Ángeles, el 30 de diciembre de 1970. A la 1 y 43 de la madrugada. La esposa de Arsenio Adelina trasladó a Arsenio para Nueva York donde fue enterrado en el Ferncliff Cementery en Hartsdale, Westchester Country, New York, el 6 de enero de 1971. En ese mismo cementerio también se encuentra el actor Paul Robertson y el jazzista Thelonius Monk.

Los familiares de Arsenio han luchado por el regreso de los restos de Arsenio a su querido país donde siempre quiso descansar.