Héctor sigue viviendo en la memoria de los salseros de aquí y de allá porque a la vista no se ve ni saldrá otro igual a él. Su locura genial a todos nos contagió.

En su epitafio sobran las palabras tristes porque el Flaco pidió que nadie llorara ni que le llevaran flores a su velorio. El olvido de su obra musical, sólo es posible en la cabeza de los desagradecidos e hipócritas.

Su encuentro con Pacheco y la cima con Fania
A finales de 1966, estando de regreso en NY el productor, director, arreglista, flautista, percusionista y acordionero dominicano Johnny Pacheco que ya lo había escuchado cantar con el Combo de Kako lo contactó para que cantara con la banda de su artista Willie Colón que hacía parte del sello Fania recién fundado con el abogado italoamericano Jerry Masucci. Héctor trabajó algunas semanas con la Sonora de Pacheco antes de firmar con Fania.

En 1967, ese encuentro produjo su resultado- el primer LP El Malo junto al Malote del trombón y se estrenó en el Club Tropicoro de NY. Este dúo se disolvió en 1973 y acordaron que LaVoe se quedaba con la banda.
Desde que la fama y la fortuna abrazaron al jibarito, mujeres y amigos le llovían como arroz en plena cosecha. Sin violar su intimidad, saquemos a un lado que el corazón de Héctor fue prisionero del amor de 2 mujeres: Carmen Castro y Nilda Puchi Román a quienes conoció a finales de los 60s. El sentido del humor y la galantería de boricua eran la llave mágica para abrir caminos entre las faldas y labiales. A la postre Carmen terminó siendo la madre de su primer hijo: José Alberto Pérez Castro que nació el 30 de octubre de 1968. Un año después- 1969, Héctor se casó con Nilda Puchi Román y el 25 de septiembre de 1969 nació su otro retoño: Héctor Hectito Jr Pérez Román. Además, adoptó a Leslie la hija que su nueva pareja tenía. Y dejemos la cosa hasta ahí. Volvamos a la melodía porque a partir de ahí la vida personal de LaVoe fue más intensa y muy complicada. Eso es caso aparte y harina de otro costal.


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Desde su ingreso a la compañía Fania el boricua voló tan alto como el mejor cóndor de los Andes americanos. Se ganó el cariño y admiración de sus colegas como: Cheo Feliciano, Ismael Miranda, Santos Colón, Adalberto Santiago, Pete El Conde, Celia Cruz, Ismael Quintana, instrumentistas, directores y ejecutivos. Todos lo quisieron hasta rabiar y lo mimaron. Él se erigió (mostró) como El Rey de la puntualidad. El fino y hasta a veces pesado humor de Héctor ganó espacios. Las giras por todo el planeta y la popularidad crecieron al tope, él fue una especie de Rey Midas que en cuanto cartel era anunciado el lleno era a reventar. Y aunque llegara tarde a la tarima su público lo esperaba. Tenía la sartén por el mango. Y como la fama cuesta, pesa y embriaga, saquen sus propias conclusiones. Esa misma fama que lo llevó a la cima lo sepultó muy hondo. Razones y explicaciones hay muchas y, a lo mejor falta papel y tinta para escribirlas.

Entre 1967 y 1973 sus LPs: El Malo, The Hustler, Live a The Red Garter, Guisando, Cosa Nuestra, The Big break, Asalto Navideño I, Our Lating- Cheetah con las Estrellas Fania, El Juicio, Asalto Navideño II, y Lo Mato movieron considerables cantidad de dólares en ventas que inflaron las arcas de la disquera Fania que lo soportaba y toleraba. Obvio porque le sacaba el jugo a su talento.
En 1975 se puso a la venta el primer LP de LaVoe con su banda y se tituló The Good, the bad and ugly con su sonado hit- Qué bien te ves. Saco en limpio que en declaraciones de Héctor y Willie, ellos afirmaron que jamás se separaron. Los unía el sacramento del bautismo del primer hijo del cantante- José Alberto. El trombonista le siguió apoyando en sus proyectos musicales venideros.


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Los acetatos de Héctor se vendieron en las esquinas como pan caliente (por montones) y lo mejor estaría por venir a juicio de los entendidos. Me identifico en gran parte con ellos. Definitivamente 3 LPs rompieron todos los records: La Voz, De ti depende y Comedia. Temas banderas como: El Todopoderoso, El Periódico de ayer y El Cantante recorrieron las entrañas de la tierra por el sendero de New York New York (Sinatra), El Día que me quieras (Gardel) y Rigoletto o La Traviata (Caruso). Después de este símil que retrata a Héctor de cuerpo entero es poco lo que queda por decir o escribir. Eso lo dice todo. Todavía no ha nacido otro LaVoe en PR, mucho menos en Patagonia o Alaska porque ya el molde se dañó. Segundas versiones no van.
En mi caso personal, conocí al Jibarito de las Esquinas de Bélgica en 1978 en Barranquilla. Asistí a la que fue su primera presentación en Colombia en el Coliseo Cubierto Humberto Perea. De regreso de su gira Caracas- Venezuela a NY. Las fotos que acompañan el artículo son de esa espléndida noche, las capté con mi pequeña y elemental cámara de lente fijo.

En horas de la mañana salí al centro de mi ciudad- Calle Murillo con Avenida Cuartel, lo encontré en la puerta del hotel pescando amigos. Lo saludé y me autografió la carátula del LP- El Juicio que llevaba conmigo. Amplio, sencillo y mamador de gallo (bromista). Esa es la imagen que conservo de él, no la de sus postreros días- olvidado por la mayoría de sus colegas, empresarios y admiradores. No tengo las partituras para sonar el último capítulo de su vida. LaVoe sigue siendo musicalmente tan grande como desde el principio. Su pedestal brilla y nadie se atreverá a opacar su obra musical.
Para mí: Tiembla la tierra cada vez que suena Timbalero, Aguanille o Soñando despierto. ¡Vengan… entren que caben 100… 50 paraos o 50 de pie!.
¡Héctor vive eternamente!. Sus restos ya reposan en su Isla del Encanto (PR).

- FIN -

Foto1: LaVoe, casi de cuerpo entero, pleno de vida y alhajado (lleno de joyas en su cuello) sobre la tarima del Coliseo Cubierto Humberto Perea de Barranquilla Colombia en 1978. De camiseta roja delante el conguero Eddie Montalvo.
Foto 2: Héctor de medio cuerpo, en el mismo escenario antes descrito. Lo poco usual de ambas graficas es que el cantante no llevaba puestas sus gafas (lentes) en el escenario.

>> Hector LaVoe (1 parte)
>> Hector LaVoe (2 parte)


LaVoe (Teil 3)


Hector lebt weiter in der Erinnerung der Salseros hüben wie drüben denn einer wie er, mit ihm vergleichbar, ist nicht in Sicht.

In seiner Grabinschrift finden sich keine traurigen Worte denn der "Schlaksige" hatte sich ausgebeten, dass niemand weine und auch keine Blumen zu seinem Begräbnis brächte. Ein Vergessen seines musikalischen Werkes geschieht nur in den Köpfen der Undankbaren und Heuchler.

Seine Begegnung mit Pacheco und der Höhenflug von Fania
Gegen Ende des Jahres 1966, zurück in New York, rief ihn der gebürtige Dominicaner Johnny Pacheco, Produzent, Bandleader, Arrangeur; Flötist, Perkussionist und Akkordeonspieler an, der ihn bereits bei Kako und seiner Combo singen gehört hatte, damit er bei dem bei ihm unter Vertrag stehenden Willie Colón als Sänger mitwirke, einer der Künstler im von Pacheco und dem Italoamerikaner Jerry Masucci gegründeten Fania Label. Hector arbeitete einige Wochen mit Pacheco's Sonora, bevor er seinen Vertrag bei Fania unterzeichnete.

1967 trug diese Begegnug erste Früchte: die LP "el Malo" (der Böse). Hector, an der Seite des "Bösewichts der Posaune" , wurde im Club Tropicoro in New York vorgestellt. Dieses Duo trennte sich 1973 und es wurde vereinbart, dass Hector bei der Band bliebe.

Seitdem Glück und Erfolg dem Jibarito lächelten, konnte er sich vor Frauen und Freunden kaum retten. Ohne zu sehr in seine Intimsphäre einzudringen, möchte ich erwähnen, dass Hector sein Herz an zwei Frauen verlor: Carmen Castro und Nilda "Puchi" Román, die er beide Ende der Sechziger kennenlernte. Sein Sinn für Humor und seine Galanterie waren der magische Schlüssel, der ihm die Tore zur Welt der Röcke und Lippenstifte öffnete. Es mündete darin, dass Carmen Castro die Mutter seines erstgeborenen Sohnes José Alberto Pérez Castro werden sollte, geboren am 30. Oktober 1968. Ein Jahr darauf heiratete er Nilda und am 25. September 1969 erblickte sein zweites Kind, Hector "Hectito" Pérez Román das Licht der Welt.

Doch kehren wir zurück zur Musik denn von da an verkomplizierte sich das Privatleben LaVoe's.
Das ist eine eigene Geschichte und Frucht von fremdem Acker
Mit seinem Eintritt in die Fania Company begann für den Boricua ein Höhenflug, höher als der Condor der Anden fliegt. Er gewann die Freundschaft und Anerkennung von Kollegen wie Cheo Feliciano, Ismael Miranda, Santos Colón, Adalberto Santiago, Pete "el Conde" Rodriguez, Celia Cruz, Ismael Quintana, der Instrumentalisten, Leiter und Chefs. Alle mochten ihn unwahrscheinlich und hofierten ihn. Er erwarb sich den Ruf des "Königs der Pünktlichkeit". Der feine und bisweilen saftige Humor Hector's verschafften ihm Freiräume. Tourneen rund um den Globus und Berühmtheit erreichten Spitzenwerte; er war eine Art König Midas dessen blosse Erwähnung auf Plakaten für brechend volle Veranstaltungen sorgte. Selbst wenn er sich auf der Bühne verspätete wartete sein Publikum geduldig. Er hatte alle Trümpfe in der Hand. Und da Ruhm nun einmal teuer erkauft sein will, belastet und berauscht …, zieht Eure eigenen Schlüsse. Eben jener Ruhm, der ihn auf die höchsten Gipfel trug, liess ihn ins Bodenlose stürzen. Gründe und Erklärungen hat es viele, sagen wir, es fehlt an Papier und Tinte um sie alle aufzuschreiben.


Foto 1

Seine zwischen 1967 bis 1973 aufgenommenen LPs: el Malo, the Hustler, Live at the Red Garter, Guisando, Cosa Nuestra, the Big Break, Asalto Navideño I, Our Latin Thing und Live at the Cheetah mit den Fania All Stars, el Juicio, Asalto Navideño II und Lo Mato liessen eine Menge Dollars fliessen und brachten Verkaufszahlen, die seine Plattenfirma aufgehen liess wie Hefeteig. Diese hielt zu ihm, tolerierte ihn. Logisch, zog sie ja den Gewinn aus seinem Talent.

1975 erschien die erste Platte LaVoe's mit eigener Band unter dem Titel "the Good, the Bad, the Ugly" mit dem vielgespielten Hit "que bien te ves". Ich möchte herausstellen, dass in von Hector und Willie (Colón) abgegebenen Erklärungen immer wieder bestätigt wurde, dass sie sich nie voneinander entfernt haben. Es vereinte sie das Sakrament der Taufe José Alberto's, des Sängers erstgeborenen Sohnes. Der Posaunist unterstützte ihn weiterhin in seinen musikalischen Projekten.

An allen Ecken und Enden gingen Hector's Scheiben weg wie warme Semmeln und das Beste würde erst noch kommen meinten die Eingeweihten. Zu ihnen zähle ich mich teilweise. In der Tat brachen drei folgende LPs alle Rekorde: la Voz, De Ti Depende und Comedia. Stücke wie "el Todopoderoso", "Periodico de Ayer" und "el Cantante" erreichten eine Berühmtheit wie "New York New York" von Sinatra, "el Dia que me quieras" von Gardel und "Rigoletto" oder "la Traviata" von Caruso. Nach diesem Vegleich, der Hector's wahre Grösse in seiner ganzen Gestalt zeigt, bleibt wenig zu sagen oder schreiben. Es sagt alles. Bis jetzt wurde noch kein zweiter LaVoe in Puerto Rico geboren, und erst recht nicht in Patagonien oder Alaska, die Gussform für seinesgleichen ist hin. Kopien tun's nicht.


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Persönlich konnte ich den "Jibarito de las Esquinas de Bélgica" 1978 in Barranquilla kennenlernen, bei seinem ersten Auftritt in Kolumbien im Coliseo Cubierto Humberto Perea, auf der Rückreise von seiner Tournee, von Caracas / Venezuela nach New York. Die Fotos die diesen Artikel begleiten stammen aus jener herrlichen Nacht, ich nahm sie auf mit meiner kleinen, einfachen Sucherkamera.
In den Morgenstunden war ich unterwegs im Zentrum meiner Stadt, Calle Murillo Ecke Avenida Cuartel, wo ich ihn vor der Tür seines Hotels nach Freunden Ausschau haltend fand. Er begrüsste mich und gab mir ein Autogramm auf das Plattencover. Der Eindruck, den ich gewann: offen, schlicht und ein Spassvogel. Dies ist das Bild das ich von ihm bewahre, nicht jenes seiner späteren Tage, vergessen vom Grossteil seiner Kollegen, Impressarios und Fans. Mir fehlt die Partitur mit welcher das letzte Kapitel seines Lebens erklingen sollte. LaVoe bleibt, musikalisch gesehen, so gross wie er von Anfang an war. Sein Bildnis leuchtet und niemand wagt es, auf sein musikalisches Werk einen Schatten zu werfen. Für mich bebt die Erde jedes Mal wenn "Timbalero", "Aguanile" oder "Soñando Despierto" erklingt.
"Vengan…que caben 100…50 paraos o 50 de pie!"
"Kommt ...es passen 100 rein... 50 stehend oder 50 auf einem Bein!"
Hector lebt ewig. Seine Überreste ruhen auf der "Insel der Glückseligkeit" ("Isla del Encanto", Kosename für Puerto Rico, Anm. d. Übs.)

- ENDE -

Foto 1: LaVoe in Fast-Totale, voll des Lebens und Schmucks, auf der Bühne des Coliseo Cubierto Humberto Perea, Barranquilla, 1978. Im roten Shirt davor der Conguero Eddy Montalvo
Foto 2: Hector, auf der vorher genannten Bühne. Das Ungewöhnliche an beiden Aufnahmen ist, dass der Sänger hier nicht wie sonst bei Auftritten üblich, seine Brille trägt.

>> Hector LaVoe (Teil 1)
>> Hector LaVoe (Teil 2)